El coste de la 'Champions'

El Betis cerró este jueves, con la goleada encajada en casa (0-3) ante el Steaua, su más largo periplo en competiciones europeas, que ha constado de doce partidos, con un saldo que, a la postre, se ha revelado muy costoso en lo deportivo y en lo social.

Y es que la temporada que se perfilaba como la más ilusionante de la historia del club lleva camino de terminar de la forma más preocupante posible, entre otras cosas por el tributo pagado por el equipo en Europa.

Como se recordará, el Betis inició su andadura en agosto pasado, con la previa, ante el Mónaco, de la Liga de Campeones, torneo que los verdiblancos han sido el primer equipo andaluz en jugar (sin tener en cuenta la desaparecida 'Copa de Europa', donde participó el Sevilla). Superada esa prueba, llegó la fase de liguilla del máximo torneo continental, en un grupo durísimo, con Chelsea, Liverpool y Anderlecht como rivales.

Y ahí comenzó el calvario, porque en octubre se lesionaba en Londres, en el estadio del Chelsea, el centrocampista Miguel Angel, el fichaje estrella de la temporada que, de hecho, no ha vuelto a entrar en una convocatoria hasta esta misma semana.

Pero lo peor estaba por llegar, porque el 1 de noviembre, en una auténtica noche de difuntos para el Betis, se lesionaban también de gravedad, y de nuevo ante el Chelsea, el defensa Nano pero, sobre todo, el jugador que marcaba las diferencias -y los goles- en este equipo: Ricardo Oliveira, que se perdería el resto de la temporada. Con esto, la histórica victoria sobre los de José Mourinho, que a la postre no serviría para asegurar la continuidad del Betis en la 'Champions', quedaba algo empañada.

No quedaron ahí las cosas, porque el 6 de diciembre, y con el equipo ya envuelto en problemas en Liga, la grada estalló cuando los belgas anotaron el gol que les daría el triunfo (1-0) y dirigió sus iras al palco, con cánticos irónicos contra el presidente Lopera, al que le criticaron por no haber fichado, más de un mes después de la lesión de Oliveira, a un delantero.

Ello enojó al mandatario, que tras reunirse con sus consejeros anunció que no volvería al palco del coliseo heliopolitano, como efectivamente así ha sucedido y certificando de este modo un divorcio evidente con la masa social del beticismo.

Ya en la Copa de la UEFA, el Betis superó al AZ Alkmaar de Van Gaal y, cuando parecía que podría con el Steaua de Bucarest, un oponente en teoría más asequible que los holandeses, se producía la debacle, con el 0-3 endosado por los rumanos.

Este marcador ha hecho aflorar, definitivamente, la crisis, con los aficionados llamando 'mercenarios' a los jugadores y pidiendo la dimisión de Lopera, en una secuencia de hechos cuyo final no se puede ni tan siquiera prever aún, pero que podría incluso concluir con un cambio de ciclo en el Betis, desde aquel mes de junio de 1992 en el que Lopera se convirtió en el máximo accionista de la entidad.

Nos queda mucho por ver y escuchar de aquí al comienzo de la próxima temporada, en la que esperamos que el Betis vuelva a luchar por la zona alta, como debe ser, en Primera.

agencias / elpenalti.com